Ganado bovino: enfermedades por deficiencia de minerales

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El ganado bovino sufre regularmente de enfermedades por deficiencia de minerales y vitaminas. Tales padecimientos se conocen como enfermedades carenciales. La importancia de los minerales reside en que son necesarios para transformar la proteína y la energía de los alimentos en componentes del organismo o en productos animales, tales como: leche, carne, crías, piel, lana etc.

Asimismo, dichos minerales ayudan al organismo a combatir las enfermedades, manteniendo al animal en buen estado de salud.  Cabe destacar que estos se consideran como el tercer grupo limitante en la nutrición animal, siendo a su vez, el que tiene mayor potencial y menor costo para incrementar la producción del ganado.

Por lo tanto, la deficiencia de minerales en el ganado bovino puede ser la causa de que baje la producción en los establecimientos ganaderos y para el productor es difícil reconocer este problema como causa principal de este problema.

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También es importante mencionar que la deficiencia de minerales puede llegar a ser mortal, ya que sus efectos estarían estrechamente relacionados con la cantidad que puede sobrar o faltar en el organismo.

Desbalance mineral

Al existir un desbalance mineral en el organismo del animal no se puede predecir un tiempo definido para que se produzca una enfermedad carencial. Esto dependerá del mineral faltante,  también de las exigencias a las que esté expuesto y el adecuado manejo que tenga el ganadero para suplir esas necesidades.

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Las enfermedades por deficiencias de minerales no se presentan generalmente como procesos únicos. Sino que actúan por mecanismos diversos por lo que los síntomas que se pueden observar pueden llegar a ser confusos al momento de diagnosticar. Razón por la cual se pueden desorientar a quienes los diagnostican, como fase previa a su tratamiento.

En otros casos, las enfermedades carenciales evolucionan sin síntomas apreciables que reclamen intervención clínica y se manifiestan por medio de la disminución de rendimiento, falta de desarrollo o producción que son difíciles de valorar a menos que se lleven controles regulares.

Estas carencias sin manifestación clínica aparente, forman parte de las llamadas enfermedades subclínicas, que son de suma importancia. Ya que producen pérdidas económicas en la ganadería.

Principales enfermedades por deficiencia de minerales

Las principales enfermedades por carencia de minerales en ganadería, por su importancia económica, son la hipocalcemia en vacas lecheras, que presenta disfunción reproductiva, retardo de crecimiento, fallas reproductivas y baja inmunidad.

A su vez, existen otras enfermedades que se producen por la deficiencia de ciertos minerales esenciales, por lo que da continuación les presentamos un cuadro que resume:

Da como resultado porcentajes de preñez bajos; las vacas se demoran en preñarse y el periodo entre partos aumenta y de igual manera disminuye el número de crías año con lo que los procentajes de preñez y destete llegan a 48 y 45%.

Las enfermedades por la deficiencia de este mineral son la tetania hipomagnesémica, más conocido como el síndrome de la vaca caída, porque es un trastorno de excitabilidad muscular.

Las complicaciones por falta de sodio generan la rápida pérdida de peso vivo y la disminución de la producción de leche.

La baja de este mineral produce reblandecimiento de los huesos y, con frecuencia, se deforman a causa de una falta de calcificación. No hay indicios de toxicidad aguda de calcio, pero una ingestión elevada de este mineral produce anormalidades de los huesos

La insuficiencia de cobre acarrea una disminución de la tasa de crecimiento y reducción de la fertilidad; asimismo, deprime el sistema inmune y existe mayor predisposición a la queratoconjuntivitis, mastitis y pietín.

Es importante tener en cuenta que las etapas más susceptibles son durante el crecimiento y en la producción de leche o carne, por la exigencia nutricional que implican.

La producción de leche es directamente proporcional a la alimentación recibida. Una vaca lechera en periodo de reposo de producción, requiere una ración de mantenimiento que contenga, diariamente: 12 g de calcio, 12 g de fósforo y 300 g de proteínas, pero cuando está en producción, por cada litro de leche que produce precisa un suplemento de 2,2 g de calcio; 1,7 g de fósforo y 50 g de proteínas.

Durante el último tercio de gestación hasta el pico de lactancia es cuando la vaca requiere la mayor cantidad de magnesio para finalizar la formación y crecimiento del feto.

Es fundamental que los ganaderos conozcan los requerimientos nutricionales que suple la pastura de campo. Asimismo,  la proporción de minerales que se necesitan para llegar a los óptimos nutricionales a través de suplementos y reducir las enfermedades por deficiencia de estos.

Texto editado y tomado de Alta Genetics Internacional.