A través de decenas y decenas de generaciones, en busca de la satisfacción de las necesidades económicas y el cumplimiento exitoso de los objetivos comerciales de sus granjas, los productores más importantes han perseguido un propósito para sus rebaños: el perfeccionamiento genético de estos.
Para lograr esta mejora, los dueños del ganado deben saber identificar y seleccionar certeramente a estos especímenes físicamente superiores, para que a través de la reproducción transmitan los mejores genes, que garanticen la excelencia y la efectividad de las características productivas, reproductivas y de salud de sus descendientes.
Decidir qué animal tiene más valor hereditario que el resto es un proceso demasiado importante y necesita utilizar los métodos y las herramientas adecuadas para hacerlo correctamente. Una de las más conocidas es el Total Performance Index, citado como TPI por sus siglas en inglés.
Este es uno de los índices de selección genética más importantes y populares en la industria ganadera y es calculado por la Asociación Holstein de Estados Unidos. En él, el peso del individuo se divide en tres rasgos: 46% del peso total en rasgos de producción, 28%+ en rasgos de salud y 26% en rasgos en confrontación.
Sin embargo, estos datos suponen que todas las granjas tienen los mismos problemas, los mismos objetivos y una solución: un individuo con las características mencionadas anteriormente. Pero el índice no funciona así.
Como productor, debe evaluar cuál es el inconveniente con su rebaño y establecer un plan genético personalizado, ponderar cada uno de los rasgos que señala el TPI y luego definir qué porcentaje tendrá mayor influencia en la fórmula para la selección de el o los individuos que llegarán al establo.
Entonces, cuando decida cuáles son sus objetivos, deberá decidir qué porcentaje le dará a los rasgos de producción, salud o conformación. Por ejemplo, si lo que quiere es aumentar la manada, lo ideal sería darle mayor porcentaje de importancia a la fertilidad de los animales y fijarse en números como los de la Vida productiva (PL), Tasa de preñez en hijas (DPR), Habilidad de Parto y Puntaje de Células Somáticas (CSE) y evaluarlos basándose en ese plan genético personalizado.
Si de pronto lo que su granja necesita es un animal altamente productivo y de mayor rendimiento, lo ideal es que en el plan genético personalizado el porcentaje más alto y sobresaliente, tenga que asignarse, por ejemplo, a la PTAM, que indica cuántas libras de leche producirá el animal de primera lactancia. Si basa su selección en estos criterios, eventualmente tendrá un ganado con valores altos de PTAM, que se traducirá en mayor producción de leche para la granja.
Por otro lado, si lo que necesita es mejorar la conformación física del animal y la calidad de esta, debería prestar atención al puntaje en PTAT Tipo, Compuesto de Ubre y Compuesto de patas y piernas. Haciendo énfasis en estos aspectos, los rasgos de conformación del animal serán superiores.
Estos índices genéticos como el TPI se utilizan para que las generaciones siguientes se acerquen más al objetivo genético que fue planteado antes de crear un índice genético personalizados
Es común que al momento de darle más importancia a ciertos rasgos del animal, otros se desperdicien. Por ejemplo, si elige un espécimen altamente fértil es probable que deba renunciar a una alta producción de leche por parte del individuo; o si escoge un animal basándose en la conformación de este, probablemente deba renunciar a la vida productiva y fértil de este.
A través de los índices genéticos como el TPI puede averiguar qué es lo que su granja necesita, encontrarlo y seleccionarlo fácilmente basándose en los porcentajes según sus necesidades. Cuando estas demandas estén satisfechas, podrá cumplir de la mejor manera todas las metas comerciales y económicas que se había propuesto para usted y su granja. Saber qué se necesita y cómo conseguirlo de la mejor manera, es de personas inteligentes y con el TPI podrá lograr fácilmente convertirse al éxito.